miércoles, 27 de diciembre de 2017

Porque y para que hacer agricultura Familiar urbana



En este momento de guerra económica que vive nuestra patria Venezuela, es vital reflexionar acerca de la posibilidad inminente que las apetencias del imperio estadounidense arrecien su ataque y claven más sus garras profundizando el bloqueo. En tal sentido bien sea ante esa circunstancia o cualquier otra que se presente debemos estar listos para afrontarla sea cual sea su tamaño.

Es indiscutible que una de nuestras mayores debilidades es la alta dependencia externa en algo fundamental como nuestra seguridad alimentaria, por ello y tomando en consideración que la mayor parte de nuestra población se encuentra asentada en espacios urbanos y que además de forma grave y alarmante nuestro sector rural en su inmensa mayoría se encuentra bajo la producción de monocultivos bajo la lógica del capital, se hace impostergable iniciemos un trabajo para producir alimentos sanos y variados en cada palmo de espacio que en este momento no este productivo sobre todo en las zonas urbanas. 

Si logramos que las familias produzcan con visión agroecológica parte de lo que necesitan para vivir estaríamos fortaleciendo nuestra soberanía y a su vez atacando problemas ambientales, sociales y económicos, en tal sentido se hace imperioso que sembremos y criemos para tener patria socialista e independiente.

Es evidente como el pueblo venezolano, ha venido tomando con mucho entusiasmo, esfuerzo y dedicación la propuesta realizada inicialmente por el líder eterno de la revolución Bolivariana, el comandante Hugo Chávez y en la actualidad mucho más por el Presidente obrero Nicolás Maduro, para llevar adelante el programa de Agricultura Urbana, quien para ello creo el Ministerio del Poder Popular para la Agricultura Urbana. 

Son ya muchos los hogares en los cuales sus patios exhiben el cambio y podemos observar la presencia de plantas alimenticias, medicinales e incluso ornamentales, generando un agroecosistema que permite obtener no solo alimentos inocuos, mucho más aun, generar biodiversidad y con ella mayor calidad de vida. 

Estas familias que ya han logrado obtener el fruto de su esfuerzo y con satisfacción consumen sus alimentos y los excedentes son truequeados con vecinos y amigos. Es importante destacar el cambio surgido en las familias, los cuales han fortalecido su cultura de trabajo y valores como el respeto y la responsabilidad sin los cuales no habría sido posible obtener sus cosechas viviendo día a día la maravillosa experiencia de ver como una semilla se convierte en una planta que le brinda su fruto en recompensa por haberla cuidado, y es en este momento cuando comprendemos estamos compartiendo con seres vivos que sufren y padecen y por consiguiente necesitan de nuestros cuidados y acompañamiento. 

En tal sentido la Agricultura Urbana, aunque prefiero llamarla Agricultura Familiar, nos conecta con el cosmos y eleva los niveles de espiritualidad para vivir en armonía con todas las formas de vida, permitiendo resurja cual ave fénix, la cosmovisión de nuestros antepasados aborígenes que consideran el alimento como algo sagrado, ya  que un ser vivo da su vida para que sigamos viviendo, el alimento no es una mercancía es un derecho de todo ser vivo. 
   
La Agricultura Urbana, en este momento en Venezuela se encuentra desbordando pasiones y debates, desde ya hace varios años estamos promoviéndola y por esa razón decidimos que era necesario compartir con ustedes mi experiencia de agricultura familiar para demostrar más con hechos que si es posible.

La Agricultura Familiar Urbana, desde la cual no solo se producirá alimentos esencialmente en primer lugar para satisfacer las necesidades de la familia, si no que traerá consigo beneficios ambientales al reducir significativamente los residuos que generan las familias, pues los de origen orgánicos se usarían para producir el sustrato y los de origen inorgánicos, como elementos que usando la imaginación servirían para establecer las plantas, además incrementaremos la biodiversidad en las ciudades.

Desde el punto de vista económico se debe pensar no tanto en ingresos por venta, pero si en el ahorro por dejar de comprar mucho de lo que ahora consumimos, aunado a que al comer sano, nos enfermamos menos y por consiguiente existe ahorro en medicamentos, los cuales por cierto son producidos por gran parte de las mismas transnacionales del agronegocio.

En lo social no es un secreto para nadie que las tecnologías nos tienen atrapados es muy alto el número de horas que la familia dedica a ver tv, estar frente a la computadora o usando el celular, todo esto desintegra la unión familiar y la sociedad.

Con Agricultura Familiar Urbana podemos dinamizar los hogares, rescatando la cultura del trabajo, y valores como el respeto y la responsabilidad, si logramos entender el respeto a la vida de las plantas y los animales, con una fuerte conexión espiritual, esto permitirá trascender a un mejor sistema de vida en armonía con el patrimonio natural y lograr la mujer, el hombre nuevo la sociedad nueva, no solo produciendo alimento, también dignidad y la verdadera independencia nacional.

Conuquero Victor Peralta 










jueves, 21 de diciembre de 2017

Rituales y magia en el solsticio de invierno: 21 de Diciembre

El solsticio de invierno, que suele ocurrir alrededor del 21 de diciembre (ha tenido lugar hoy a las 5.48 de la mañana), es un evento clave que marca un cambio en los ciclos naturales y astronómicos: coincide con la noche más larga en el hemisferio Norte y el día más largo en el hemisferio Sur. Además, marca el momento a partir del cual las noches comienzan a acortarse día a día, hasta llegar a la primavera y luego al verano. De hecho, se puede decir que determina el momento a partir del cual la larga oscuridad del invierno es derrotada por la luz, de modo que llega el turno para que la naturaleza despierte y las cosechas puedan crecer.

Hace miles de años esta fecha era un momento de celebración para los paganos: se celebraba en el Stonehenge y en las profundidades de los bosques germanos en forma de rituales y festivales. En Guatemala se sigue celebrando hoy en día a través del ritual de la «Danza de los voladores», en los que varias personas giran y danzan en torno a una estaca. Se cree que los romanos celebraban las festividades en honor a Saturno, Saturnalia, en este momento, y que en Escandinavia se celebraba el festival de Juul. Para los cristianos, esta fecha evolucionó probablemente hasta la celebración del nacimiento de Jesús, el 25 de Diciembre.


Mucho tiempo después, se cree que los romanos celebraban las festividades en honor a Saturno, Saturnalia, en este momento. Mientras que en Escandinavia se celebraba el festival de Juul ¿Dónde se originan todas estas celebraciones?


Para muchas culturas antiguas, que tenían que luchar contra largos y duros inviernos, el solsticio de invierno era un momento clave en el que la luz y la vida derrotaban a la oscuridad y a la muerte asociadas al invierno. Era el momento a partir del cual se podía conseguir más comida en los ríos y en los campos, y había que celebrarlo, cuando no venerar al Sol a través de sacrificios u otro tipo de rituales.

viernes, 15 de diciembre de 2017

Declaración del Foro de Soberanía Alimentaria: territorios de paz para la vida digna

Los participantes del Foro de Soberanía Alimentaria realizado en la ciudad de Buenos Aires los días 12 y 13 de diciembre del año 2017 queremos expresar nuestros acuerdos para la construcción de Territorios de Paz para los pueblos; las y los campesinas y campesinos del mundo y todos los pueblos que luchamos por permanecer en nuestros territorios ancestrales y por seguir alimentando a la humanidad como lo hemos hecho los últimos diez mil años; al mismo tiempo que posibilitar una vida digna en las ciudades con alimentos sanos producidos localmente.

Los mas de 300 participantes de este Foro de Soberanía Alimentaria, campesinas y campesinos, pueblos originarios, pescadores y productores de alimentos, provenientes de más de 30 países de 4 continentes denunciamos en primer lugar la violencia del Libre Comercio que en esta Cumbre Ministerial se ha expresado con claridad en la censura que el Gobierno Argentino ejerce, con la aceptación y connivencia de la OMC, impidiendo la participación de los muchos representantes de organizaciones sociales que querían llegar a la Argentina a expresar sus opiniones y posiciones sobre esta Cumbre. Así se demuestra que la “libertad” que proclaman desde esa Cumbre Ministerial es la libertad para imponer las voces de los poderosos mientras el 99 % de la humanidad queda fuera de ese espacio cerrado, secreto y amurallado en el que pretenden tomar las decisiones que afectarán a todos los pueblos del mundo, decisiones signadas por la violencia.

Y es Violencia la que se ejerce todos los días a través de los manejos del agronegocio y los intereses corporativos en nuestros territorios donde se nos expulsa, persigue, criminaliza y asesina, mientras incrementan en forma desmesurada sus ganancias y defienden sus intereses.

Violencia es la que el 3 de marzo del 2016 asesinó a Berta Cáceres en Honduras y que hoy impide que el pueblo hondureño ejerza su derecho a elegir quién lo gobernará.

Violencia es la que en los 3 últimos meses se cobró la vida de Santiago Maldonado y de Rafael Nahuel en la Patagonia argentina; jóvenes que fueron asesinados por solidarizarse con la lucha por el derecho a la tierra del pueblo Mapuche.

Violencia que en todo el mundo tiene acorralados a campesinas y campesinos y pueblos originarios en apenas un cuarto de la tierra disponible mientras nosotras y nosotros seguimos siendo quienes proveemos la mayor parte de los alimentos para toda la humanidad.

Violencia es la que ejerce el agronegocio destruyendo las tres cuartas partes de la totalidad de las semillas agrícolas que nuestros ancestros nos han legado mientras busca apropiarse del resto a través de las Leyes de Semillas y las patentes.

Violencia con que las corporaciones buscan convertir a nuestros alimentos en mercancías produciendo la mayor crisis alimentaria que haya sufrido la humanidad con más de la mitad de la población malnutrida o malcomida sufriendo de hambrunas, múltiples carencias y enfermedades crónicas por sobrepeso y obesidad; sufrimiento que es mayor en los más vulnerables.

Violencia con la que se están imponiendo nuevas y cada vez más peligrosas tecnologías sin debate, consulta ni participación de los pueblos. Tecnologías como los transgénicos, los nuevos desarrollos biotecnológicos, la geoingeniería o las nuevas técnicas de edición genética, que amenazan todos los sistemas de vida a nivel global.

Violencia con que se imponen falsas soluciones para las diversas crisis, climática, energética, alimentaria, que solo buscan continuar con la apropiación y acaparamiento de nuestros bienes comunes.

Violencia con que el capitalismo está destruyendo a la Madre Tierra, nuestra Pachamama, destruyendo el clima, nuestros bosques, nuestros suelos, nuestras plantas, nuestros animales, nuestros bienes comunes; contaminando nuestros ríos y mares y convirtiendo al planeta en un desierto en el que la misma posibilidad de vida futura se ve amenazada.

Violencia que se expresa en el sistema patriarcal y racista que mata y se expresa cotidianamente en todos los niveles de nuestras vidas.

Nosotras y nosotros decimos una vez más ¡BASTA de Violencia! Y seguiremos construyendo otro mundo posible, cuidando a nuestra Madre Tierra y alimentando a los pueblos del mundo a través de:

- Nuestro compromiso a seguir impulsando la Soberanía Alimentaria como plataforma, principio y base política de nuestro accionar para garantizar un mundo sin hambre y una tierra con campesinas y campesinos cuidándola, nutriéndola de manera consciente y amorosa.

Nuestro compromiso a defender nuestro territorios como Territorios de Paz donde la tierra, el agua y la diversidad sean parte integral de una vida plena en armonía con todos los seres vivientes.

Nuestro compromiso a seguir defendiendo esos territorios contra la violencia del capital, la mercantilización de la vida y la destrucción que provocan los megaproyectos en nombre del supuesto “progreso”.

- Nuestro compromiso a mantener vivos los conocimientos y saberes que nuestros ancestros nos legaron y que representan hoy en manos de las comunidades la principal esperanza para enfrentar la crisis a la que este capitalismo demencial nos está llevando.

Nuestro compromiso a luchar contra el “Libre Comercio” en todos los ámbitos donde se quiera imponer, ya sea en la OMC, como a través de los Tratados de Libre Comercio bilaterales o multilaterales o en los espacios multilaterales como el FMI o el Banco Mundial; denunciando sus mentiras y mostrando el verdadero rostro de este saqueo planificado al que pretenden someternos.

-Nuestro compromiso a seguir produciendo alimentos sanos, libres y soberanos a través de la producción agroecológica campesina diversa y rica como lo son cada uno de nuestros pueblos.

Nuestro compromiso a seguir trabajando en lo local fortaleciendo huertas comunitarias, rescate de saberes alimentarios locales y el uso de plantas medicinales y todas aquellas experiencias que desde la organización local y comunitaria fortalecen y son la base nuestro accionar colectivo.

Nuestro compromiso para que todos los pueblos tengan el derecho a una alimentación digna, saludable y nutritiva y mucho más cuando la misma forme parte de cualquier tipo de ayuda alimentaria.

Nuestro compromiso a seguir multiplicando, compartiendo y defendiendo nuestras semillas criollas y nativas como Patrimonio de los Pueblos al Servicio de la Humanidad, libres de transgénicos, agrotóxicos y derechos de propiedad intelectual.

- Nuestro compromiso a multiplicar nuestros principios, nuestra experiencia y nuestros saberes a través de todos los espacios educativos que venimos construyendo desde nuestros movimientos llamando a todas y todos aquellos que se sientan comprometidos desde sus propios ámbitos de acción a sumarse a esta cruzada por formación agroecológica campesina.

- Nuestro compromiso a avanzar en el fortalecimientos y la construcción de medios de comunicación para la libertad que logren superar el cerco mediático que los medios hegemónicos han creado y que ha logrado poner a buena parte de la humanidad en un estado de hipnosis colectiva.

Nuestro compromiso a continuar construyendo con investigadoras e investigadores del todo el mundo otro modelo de ciencia basado en los nuevos paradigmas que asoman de la mano de la Ciencia Digna, la construcción colectiva y el diálogo de saberes y una visión integral y no fragmentada del mundo. Esta ciencia digna debe sostenerse en un sistema educativo que en todos sus niveles sea coherente con ese sentido de dignidad y debe tener a la Soberanía Alimentaria como eje central.

Nuestro compromiso a luchar contra la violencia del neoliberalismo que una vez más busca imponerse como pensamiento único y fin de la historia. Sabemos que nuestra diversidad, nuestra historia y nuestras luchas anuncian el comienzo de un tiempo mejor.

Nuestro compromiso a seguir honrando a quienes nos han precedido en este camino sembrando esperanzas, ideas y sueños de un mundo mejor, continuando la construcción de un mundo solidario, libre y unido en la diversidad en el que la vida valga más que las leyes del mercado, la propiedad privada y la acumulación de capital.

Nuestro compromiso en transformar nuestras relaciones dejando de lado y combatiendo todas las formas de dominación y opresión contra las mujeres, pueblos originarios, jóvenes y todos los que en esta sociedad son marginados y perseguidos.

Nuestro compromiso a avanzar en la construcción de alianzas con todos los sectores sociales que han confluido en esta Cumbre de los Pueblos para decir bien fuerte:

Somos una sola fuerza hermanada con los trabajadores urbanos, consumidores, desocupados, movimientos feministas, movimientos por la diversidad sexual, ecologistas, organizaciones de jóvenes, académicos y todas y todos los que llegamos aquí comprometidos en la construcción de otra sociedad.

Nos reconocemos en los principios anticapitalistas, antipatriarcales, internacionalistas y anticolonialistas y asumimos el compromiso con los mismos como desafío para nuestra vida cotidiana, al interior de nuestras organizaciones y en la búsqueda de construcción de una nueva sociedad que hemos asumido que es posible y necesaria.

Nos solidarizamos con todos los pueblos del mundo en resistencia y nos inspiramos en el ejemplo del valiente campesinado colombiano que hoy asume el desafío de la construcción de territorios de paz en un país que ha atravesado por décadas de violencia, nos declaramos comprometidos a hacer de todos nuestros territorios

TERRITORIOS DE PAZ PARA LA SOBERANÍA ALIMENTARIA Y POLÍTICA Y LA VIDA DIGNA

FUERA OMC, FUERA LIBRE COMERCIO DE NUESTRAS TIERRAS, DE NUESTRA AGRICULTURA, DE NUESTROS PLATOS Y DE NUESTRO PLANETA

La agroecología toma fuerza en América Latina y el Caribe

Nueva publicación de la FAO analiza las políticas públicas de promoción de la agroecología en Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Cuba, El Salvador, México, Nicaragua.

04 de diciembre de 2017, Santiago de Chile –  Una nueva publicación apoyada por la FAO analiza la influencia de las políticas públicas en la promoción de la agroecología en ocho países de América Latina y el Caribe.

La publicación de la Red Políticas Públicas y Desarrollo Rural en América Latina - creada con el apoyo de la FAO – destaca la agroecología como un modelo de producción que mira más allá de la mera productividad.

“La agroecología puede contribuir a promover sistemas alimentarios más justos y sostenibles al aplicar conceptos y principios ecológicos en el diseño y manejo de agro-ecosistemas, para optimizar las interacciones entre los seres humanos y el medioambiente,” explicó Luis Carlos Beduschi, Oficial de Políticas de la FAO.

Según la FAO, la agroecología puede apoyar a la seguridad alimentaria y nutricional, al mismo tiempo que fomenta la resiliencia y la adaptación al cambio climático.

Con esto, contribuye directamente al cumplimento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), mediante una visión nueva y más compleja de lo que es la sostenibilidad económica, social y ambiental.

“El florecimiento de la agroecología en América Latina y el Caribe ha sido producto encuentro de tres flujos: busca consolidarse como una disciplina científica, es un conjunto de prácticas agrícolas y a la vez un movimiento social”, explicó Beduschi.

La publicación presenta un análisis del concepto de la agroecología, entrega un marco analítico sobre la misma y detalla la experiencia de Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Cuba, El Salvador, México, Nicaragua, además de una mirada regional.

Argentina: un enfoque incipiente
En Argentina, el estudio destaca programas con componentes agroecológicos como Pro Huerta, la producción orgánica certificada para la exportación y labores de investigación y extensión en agroecología promovidas por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. 

Sin embargo, precisa que estas políticas conviven con otras de promoción de la producción convencional, sin que la agroecología se plantee como una estrategia para la reconversión productiva del sistema en su conjunto, el cual está fundamentalmente orientado a la exportación.

Brasil: la importancia de la participación ciudadana

En el capítulo de Brasil se destaca el rol clave que han jugado los movimientos sociales, la sociedad civil y las organizaciones de la agricultura familiar en la inclusión del enfoque agroecológico en las políticas públicas.

Si bien hay iniciativas destacadas y políticas públicas a nivel territorial, existen todavía muchos obstáculos a la implantación de una política de promoción de la agroecología capaz de reorientar de forma más profunda las políticas de desarrollo rural, para ir más allá de las “políticas de nicho”.

Chile: revalorización de los valores campesinos e indígenas

Según la publicación, en Chile, la agroecología se ha entendido muy asociada a la agricultura orgánica. En la última década han surgido instrumentos que contribuyen de manera más directa a lo que sería una transición a la agroecología, aunque se asocian más a la revalorización de los valores campesinos e indígenas, lo que no siempre va asociado a una mirada de sustento de la biodiversidad.

Costa Rica

En Costa Rica existe una agenda agroambiental que incluye una amplia gama de instrumentos públicos/privados, regulatorios y normativos y otros basados en incentivos económicos que han fortalecido la agroecología, además de movimientos sociales que han permitido la práctica de un tipo de agricultura más sostenible y comercialmente viable.

Sin embargo, aún existe un potencial no aprovechado y falta una mayor visualización y posicionamiento la agroecología como una fuente de alimentos sanos, ambientalmente limpios, tanto ante la sociedad en su conjunto como en el mismo sector agropecuario, el cual sigue dominado por actores que defienden una agricultura convencional enfocada en monocultivos y con un alto uso de agroquímicos.

jueves, 14 de diciembre de 2017

Min. Bernal anunció planes productivos para el 2018

(Caracas, 14-12-2017- Prensa Minppau.).- El ministro de Agricultura Urbana y coordinador Nacional de los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), Freddy Bernal anunció este miércoles, los planes productivos del ministerio para el próximo año 2018, durante el programa “Punto de Encuentro”, transmitido por Venezolana de Televisión (VTV).

Aseguró que unos de los proyectos del Ministerio del Poder Popular de Agricultura Urbana (Minppau) se encuentra el Plan de los Techos Verdes, a desarrollarse en 229 urbanismos de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV), con los Clap organizados en cada uno de los urbanismos y conjuntamente con los jóvenes que integran el Plan Chamba Juvenil Agrourbana. “El ministerio otorgará los insumos, así como el seguimiento y el acompañamiento técnico para que esos techos verdes se transformen en productivos”.

Agregó que hasta el momento los Clap tienen una deuda con el presidente Nicolás Maduro, de 36 mil 600 Clap establecidos sólo 11 mil tienen proyectos productivos y con el mencionado plan avanzarán con las cifras.

Puntualizó además que el Minppau se encuentra trabajando conjuntamente con los ministerios de Alimentación y Agricultura Productiva y Tierras en proyectos para la producción de alimentos, y en acuerdos establecidos se acordó que “a nosotros nos encargaremos de la producción de rubros de ciclo corto; raíces, tubérculos, legumbres y hortalizas”.

Agregó que en los próximos días estará visitando un Fundo Zamorano ubicado en el estado Lara, con el fin de inspeccionar la producción de semillas autóctonas como reto fundamental del Minppau, “no queremos traer semillas importadas, las semillas para producir alimentos tienen que ser autóctonas, artesanal y nacional”. Asimismo, precisó que “no es fácil la tarea, pero tenemos el reto de defender el legado del Comandante Chávez, serle leal al presidente Maduro y derrotar la Guerra Económica produciendo alimentos”.

Precisó el ministro de la cartera agrourbana que otra de los retos que tiene el Gobierno Bolivariano para el venidero 2018 es no importar los perniles para navidad, por lo que están trabajando en un plan para garantizar el alimento balanceado para animales, a los productores de cerdos y lograr que la producción nacional cubra el 100% de la población venezolana. “Vamos hacer el esfuerzo de que no haya importación el año que viene de pernil”.

Bernal anunció que otro de los retos del estado es la producción de alimentos alternativo para animales con moringa, morera, titonia y quinchoncho, conjuntamente con la Universidad Rómulo Gallegos, éste sustituye el alimento balanceado, para la cría de conejos y ovejos sin depender del alimento que vende el mercado especulativo para animales. Acotó que se tiene previsto construir dos centros genéticos para la cría de conejos y ovejas, en una primera fase, en una segunda se construirán granjas reproductoras y en una tercera llegarán a los Clap.

“Venimos de un modelo rentista petrolero donde todo lo traíamos importado, ahora hemos asumido un reto de comenzar a sustituir patrones de conducta, alimenticios, de formar a la población, hacer seguimiento y control, luchar contra las mafias, todo al mismo tiempo”, puntualizó Bernal. (FIN/ María Romero).

martes, 12 de diciembre de 2017

Las Tres Hermanas: tu huerto sostenible

De acuerdo con la leyenda “Las Tres Hermanas” de los Iroqueses, el maíz, los frijoles y la calabaza (zapallo, auyama), son tres hermanas inseparables que sólo crecen y se desarrollan exitosamente cuando están juntas. Esta tradición de plantar conjuntamente maíz, frijoles y calabaza en el mismo montículo de tierra, extendida entre las sociedades agrícolas de los nativos americanos, es un sistema sostenible y complejo que proporciona fertilidad al suelo a largo plazo y una dieta saludable a través de las generaciones.
¿Cómo funciona la asociación?
El maíz proporciona un soporte natural para que la enredadera de los frijoles pueda trepar. Los frijoles fijan el nitrógeno en sus raíces, mejorando la fertilidad del terreno proporcionando nitrógeno al maíz que se plantará en los años siguientes. Las enredaderas del frijol también ayudan a estabilizar las plantas de maíz, haciéndolas menos vulnerables a que se caigan a causa del viento. El enraizamiento superficial de las enredaderas de la calabaza funciona como un mulch viviente, proporcionando sombra e inhibiendo el crecimiento de la maleza y previniendo la pérdida de humedad por evaporación, aumentando de esta manera la oportunidad de supervivencia de los cultivos en años secos. Las espinas de la calabaza también ayudan a disuadir a los predadores de acercarse al maíz y a los frijoles. La gran cantidad de residuo vegetal de esta combinación de plantas puede ser incorporada de regreso al suelo al finalizar la cosecha con el fin de reforzar la materia orgánica y mejorar su estructura.
El valor de los alimentos
El maíz, los frijoles y la calabaza también se complementan uno al otro nutricionalmente. El maíz proporciona carbohidratos, los frijoles secos son ricos en proteína, balanceando la carencia de amino ácidos encontrada en el maíz. Finalmente, la calabaza proporciona tanto vitaminas como saludable y delicioso aceite a partir de sus semillas.

Instrucciones para plantar su propio jardín de Tres Hermanas en un cuadrado de 3 x 3 metros
Cuándo plantar
Siembra las semillas en cualquier momento cuando las temperaturas nocturnas estén en el rango de 10 ºС, hasta el final de Junio.
Qué plantar
El maíz debe ser con preferencia sembrado en varias filas en vez de una fila larga para asegurar una polinización adecuada. Escoge ayocote (ayecote) y unos tipos de calabazas rastreras en vez de un arbusto compacto.
Nota: Un cuadrado de 3 x 3 metros de espacio para tu jardín de tres hermanas es el área mínima necesaria para garantizar una polinización buena de maíz. Si tienes un jardín pequeño, se puede sembrar menos montículos, pero ten en cuenta que es posible que al final no podrás conseguir las mazorcas de maíz buenos y llenos.
Cómo plantar
Por favor, dirígete a los diagramas de abajo y los paquetes de semillas individuales para obtener información adicional sobre el cultivo.
  1. Elige un sitio a pleno sol (mínimo 6-8 horas / día de luz solar directa durante todo el ciclo de cultivo). Mejora el suelo con un montón de compost o estiércol viejo, ya que el maíz es un alimentador pesado y el nitrógeno de tus frijoles no estará disponible para el maíz durante el primer año. Con una cuerda, marca tres filas de 3 metros, 1.5 metro de distancia.
  2. En cada fila, haz sus montículos de maíz / frijol. El centro de cada montículo de maíz / frijol debe estar de 1.5 metro de distancia del centro del siguiente maíz / frijol. Cada montículo debe ser 45 cm de diametro con los picos planos. Los montículos deben ser escalonados en filas adyacentes. Ver Diagrama 1
Paisajismo en linea Diseño de jardines Permacultura Maiz Frijol Calabaza La milpa mexicana
Nota: Los iroqueses y otros tribus plantaban las tres hermanas en montículos alrededor de 10 cm de alto, con el fin de mejorar el drenaje y calentamiento del suelo; para ayudar a conservar el agua, se puede hacer un pequeño cráter en la cima de tus montículos para que el agua no drena de las plantas rápidamente. Montículos no fueron construidos en zonas secas y arenosas donde la conservación de la humedad del suelo era una prioridad, por ejemplo, en partes del suroeste. Allí, las tres hermanas fueron plantadas en camas con suelo levantado alrededor de los bordes, para que el agua se acumulara en las camas. En otras palabras, ajusta el diseño de tu cama de acuerdo con el clima y tipo de suelo.
  1. Siembra 4 semillas de maíz en cada montículo en un cuadro de 15 cm2. Ver Diagrama 2
  2. Cuando el maíz llegue a 10 cm de alto, es el momento de plantar los frijoles y calabaza. En primer lugar, desmaleza a las malas hierbas en todo el área. Planta 4 semillas de frijol en cada montículo de maíz. Tienen que estar en 7.5 cm de distancia de las plantas de maíz, completando el cuadrado como se muestra en el Diagrama 3.
  3. Construye tus montículos de calabaza en cada fila entre cada montículo de maíz / frijol. Haz que sean del mismo tamaño que los montículos de maíz / frijol. Planta 3 semillas de calabaza con un intervalo de 10 cm entre las semillas en un triángulo en el centro de cada montículo como se muestra en el Diagrama 4.
  4. Cuando emergen las plántulas de calabaza, entresácalas hasta 2 plantas por montículo. Puede que tenga que limpiar a la zona varias veces hasta que la calabaza tome el relevo y asombre a las nuevas malezas.
Paisajismo en linea Diseño de jardines Permacultura Maiz Frijol Calabaza La milpa mexicana
El artículo original (en inglés): Celebrate the Three Sisters: Corn, Beans and Squash
Traducido por Jardín Mìo

lunes, 11 de diciembre de 2017

Hacer milpa

Armando Bartra

Los mesoamericanos no sembramos maíz, los mesoamericanos  hacemos milpa, y son cosas distintas, porque el maíz es una planta y la milpa es un modo de vida. La milpa es matriz de la civilización mesoamericana. Si en verdad queremos preservar y fortalecer nuestra identidad profunda, no sólo agroecológica, sino socioeconómica, cultural y civilizatoria, debemos pasar del paradigma  maíz al paradigma milpa, un concepto  complejo que incluye al maíz pero lo rebasa por la izquierda. 

 Porque maíz ­dicho así nomás­ es monotonía, mientras que la milpa es diversidad: en la milpa el maíz, el frijol, la calabaza, el chile, el chayote, el tomatillo, los quelites, los árboles frutales, el nopal, los magueyes y las bestezuelas del campo se hacen compañía. A diferencia de los uniformes maizales las milpas son abigarrados policultivos. 

 El maíz es uno la milpa es muchos. 
 
 El maíz discursea la milpa dialoga. El maíz es autárquico la milpa solidaria. 

 El maíz es monocorde la milpa polifónica. El maíz es singular la milpa plural. Los maizales son disciplinados cual desfiles militares las milpas son jacarandosas y desfajadas como carnavales. 

 El maíz se siembra la milpa se hace. El maíz es un cultivo la milpa somos todos. 

Lo que nos distingue de los pueblos de climas fríos y templados es que ellos siembran granos y nosotros hacemos milpa. Ellos producen trigo en plantaciones  homogéneas, nosotros cosechamos las viandas en variopintos y entreverados jardines. 


 Hacer milpa es cultura. Pero es un hecho cultural que resulta de un condicionamiento natural. 

 Los ecosistemas de diversidad abigarrada en frágil equilibrio son nuestra fatalidad natural. Hagamos de ellos nuestro patrimonio, nuestra virtud, nuestra ventaja, nuestro orgullo. 

 No demos la espalda al nicho ecológico que nos es propio, no traicionemos  nuestra condición equinoccial dejándonos llevar por los vertiginosos cultivos del Norte. No nos dejemos seducir por las rudas tecnologías que arrasan con nuestra biosfera, con nuestros suelos, con nuestros sistemas hídricos, con nuestras culturas. Honremos nuestra diversidad de suelos, topografías, climas, paisajes y ecosistemas. 

Cultivemos nuestra riqueza cultural, lingüística, culinaria, espirituosa, musical, festiva, indumentaria…
Hagamos de México, no un monótono maizal como los del agronegocio del noroeste, sino una milpa multicolor; un mosaico de aprovechamientos diversos; un policromo mural de paisajes agroecológicos pero también industriales y de servicios, que el modelo milpero no vale sólo para la agricultura sino para la vida toda. Porque antes que escuchar las “señales del mercado” hay que atender a las señales de la naturaleza. 

 La fuerza de la milpa está en la sinérgica armonía del conjunto. Su eficacia no le viene de las partes sino de su entrevero, de su abigarrada y sutil simbiosis. Fuerza de lo diverso solidario que es recurso de primera necesidad en tiempos de cambio climático. Años turbulentos en que lo único seguro es la incertidumbre. Y cuando la creciente incertidumbre medioambiental se asocia con la cada vez mayor incertidumbre económica, la única estrategia viable es atender a la sabiduría popular que recomienda no poner todos los huevos en una misma canasta y apostar a la diversidad entreverada. 


 Por si fuera poco, la milpa es anticapitalista. La separación del campo y la ciudad así como de la industria y la agricultura en un mundo donde lo urbano vampiriza a lo rural, es paradigma de un modo de producir y consumir sometido al mercado y movido por la ganancia, donde la consigna es productividad a toda costa. En cambio el campo es residencia de la diversidad natural y social, y siempre se ha resistido al uniformador modelo de agricultura industrial que resulta literalmente contra natura. 

 Nuestra vocación agroecológica son los aprovechamientos múltiples, biodiversos, tecnológicamente plurales y de manejo holista. Es nuestra vocación natural y socioeconómica la integración armónica del campo y la ciudad, la articulación virtuosa de agricultura e industria. Por temperamento y por cultura se nos da la policromía societaria, la pluralidad solidaria. 

 En el trópico la gente es risueña, cantadora, fiestera, desfajada, libertaria, imaginativa, soñadora. Entonces, hay que resistir al capitalismo que nos llegó del frío. Hay que pararlo antes de que sea tarde. Pero resistir no basta, hace falta también paradigmas de repuesto. Y en Mesoamérica el más inspirador, el más sugerente, el más poderoso, el más visionario paradigma alternativo es la milpa. Porque sin maíz no hay país, hagamos milpa

Fuente: Regeneración 

miércoles, 6 de diciembre de 2017

Inparques confirma científicamente presencia de pumas en el Parque Dinira

En el contexto del 29 aniversario del Parque Nacional Dinira, el equipo de trabajo de la sede Lara del Instituto Nacional de Parques (Inparques), ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para Ecosocialismo y Aguas (Minea), que desarrolla el proyecto presencia y uso de hábitat del oso andino (Tremarctos ornatus) en esta área protegida, dio a conocer los registros fotográficos de al menos tres ejemplares de puma o león de montaña (puma concolor), que por primera vez evidencian científicamente la presencia de esta especie en el parque.

Estos registros se lograron tras el estudio realizado para el monitoreo del oso andino en esta área natural protegida, ubicada entre los estados Lara, Trujillo y Portuguesa, a través de las cámaras trampas colocadas en el sitio como parte del proyecto de investigación que se adelanta. Esto representa un gran avance en cuanto a la localización de este felino en el país, toda vez que hasta ahora la presencia del puma en el Parque Nacional Dinira solo era conocida por medio de información anecdótica aportada por lugareños.

Explica el informe presentado por los investigadores que durante los levantamientos de información en campo también se evalúa la interacción del oso andino con otras especies animales “por ello se ha podido determinar la presencia de pumas mediante el registro e identificación de heces, huellas y senderos que comprueban su distribución en el Parque Dinira”.

Detallan que en algunas de las zonas estudiadas se pudo observar el solapamiento de los nichos de oso andino y puma, cohabitando en sectores y lugares similares, lo que se comprobó a través de los registros colectados en dos de las cuatro estaciones de fototrampeo colocadas para el monitoreo de oso andino, donde se obtuvieron fotografías de pumas, con al menos tres individuos diferentes. “Este compendio de información recopilada representa la primera confirmación científica de la especie dentro de esta área de estudio”, refiere el informe.

En Venezuela, el puma está catalogado como una especie casi amenazada. y los estudios en cuanto a su presencia y distribución son escasos en zonas puntuales del país, por lo que se desconoce el estado actual de las poblaciones. “En particular los felinos son difíciles de observar en campo, debido a que generalmente presentan bajas densidades, tienen hábitos nocturnos y crepusculares, su comportamiento es críptico”, acotan los investigadores.

Esta especie es uno de los siete felinos silvestres registrados para Venezuela y el estado Lara (Bisbal 1992, Linares 1998, Madi et al. 2009, Sánchez y Lew 2010, Vázquez et al. 2011). Es el felino con mayor rango de distribución para el continente americano y en el país abarca gran variedad de hábitats que van desde el nivel del mar hasta las altas montañas andinas.

“Debido a sus requerimientos de hábitats, los felinos y específicamente el puma cumplen un papel determinante en el equilibrio de los ecosistemas y su presencia determina la buena salud de los mismos”, apunta el informe.
TyF/ Prensa Minea
Barquisimeto

martes, 5 de diciembre de 2017

Así impiden las multinacionales que los pequeños agricultores usen sus propias semillas

Activistas y agricultores luchan en Europa y África por que la legislación sea más favorable para poder utilizar sus propias semillas y así alimentar a sus familias y producir variedades locales que puedan vender en el mercado

Antes era habitual y legal que los productores guardaran y vendieran sus semillas, una práctica que se vio desplazada con la llegada del desarrollo industrial al sector agrícola

El mayor interés por las explotaciones pequeñas y el consumo local puede representar una oportunidad para proteger el sistema de semillas de los pequeños agricultores

Científicos y activistas están preocupados. Si las autoridades de competencia globales y las agencias reguladoras permiten todas las fusiones pendientes, alertan, el escenario más probable será que dos de las tres primeras compañías de semillas en el mercado actuarán como una sola. O, en otras palabras, el 60% del mercado mundial de semillas estará controlado por solo tres empresas.
Estas tres compañías, denuncian, tendrán la libertad para decidir los precios, las variedades y las condiciones de crecimiento y para aumentar su influencia sobre gobiernos y en la legislación. Esto es motivo de preocupación en varias partes, pero lo es más en las regiones donde la seguridad alimentaria sigue siendo un reto: la mayoría de los países africanos.
Phil Howard, profesor asociado en la Universidad de Michigan y miembro del grupo de expertos internacionales en sistemas alimentarios sostenibles, lleva mucho tiempo advirtiendo a la comunidad científica y a las instituciones internacionales sobre "los peligros" de una industria de semillas fusionada.
"Las semillas y las especies de animales han sido de acceso libre, han sido recursos comunes desde hace miles de años, se han desarrollado y mejorado gracias a los esfuerzos de muchas generaciones de personas", dice Howard en su reciente libro Concentration and power in the food system.
Phil Howard ha recopilado datos sobre el mercado global de semillas durante más de 20 años con especial atención en EEUU. Sus cifras muestran que hay una tendencia inequívoca de fusión y consolidación en el sector. Desde su oficina de la Universidad de Michigan, trata de describir un posible escenario futuro. Sus respuestas son taxativas: es muy probable que una o dos empresas acaben controlado todo el mercado.
"Con dos empresas, tienen la apariencia de competencia, pero al estar tan próximas entre sí, mantienen los precios altos y controlan todo el sector", dice. "Las empresas han sido grandes desde hace varias décadas y han sido capaces de crecer aumentando sus ventas y comprando a competidores más pequeños. Pero ahora tienen problemas para seguir incrementando sus ventas. Como resultado, la única manera de aumentar su cuota de mercado es comprarlo", añade.
Phil Howard se muestra preocupado por las consecuencias de este mercado "sesgado" para los pequeños agricultores y consumidores: los precios de las semillas se disparan, las prácticas para guardar semillas se desinflan y se obstaculiza la diversidad. Como ejemplo, uno de los casos que recoge en su libro: la empresa Seminis dejó de producir 2.500 variedades de frutas y verduras, más de un tercio de todo su catálogo, como medio de ahorro antes de ser comprada por Monsanto.
 En los últimos 20 años el mercado de semillas se ha visto azotado por oleadas de fusiones y adquisiciones de empresas, tal y como puede verse en esta animación interactiva, elaborada a partir de una base de datos de más de 300 empresas. Desde 1996 a 2016 el proceso de fusión es cada vez más evidente, facilitado por un marco legal, denuncian los expertos, más orientado hacia la protección de los derechos de propiedad intelectual que a la consideración de los pequeños agricultores y la venta de variedades locales y tradicionales.

Las limitaciones a guardar semillas en Europa

Esto no solo preocupa al pequeño nicho de científicos y activistas involucrados: tiene también grandes implicaciones en el acceso a alimentos suficientes, lo que se denomina seguridad alimentaria. La diversidad en la producción de alimentos es una de las principales armas para contrarrestar los efectos del cambio climático, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que ha alertado en un informe reciente de que la tarea de alimentar a más de 9.000 millones de personas para 2050 es cada vez más desafiante.
Las pequeñas familias de agricultores del mundo, que producen la mayor parte de nuestros alimentos  más del 80 % de la producción total– , son las más afectadas por las altas temperaturas, las sequías y los desastres naturales. Pero, para ellos, la solución no se basa solo en unas semillas y unos cultivos altamente seleccionados, caros y exigentes en términos de insumos químicos y tecnológicos. Dicen que necesitan innovación, pero no una que vaya, necesariamente, en la dirección de un modelo industrial.
Hasta hace poco era normal y perfectamente legal que los agricultores produjeran y vendieran sus semillas. Este intercambio ha sido el pilar y la clave del desarrollo agrícola durante siglos, pero con la llegada del desarrollo industrial al sector agrícola, el foco se ha desplazado cada vez más hacia la especialización y la cuota de mercado.
Las instituciones públicas, por otro lado, han reducido su inversión en investigación, y esta ha quedado solo en manos del sector privado. Y el marco legislativo se ha elaborado para reflejar y hacer cumplir estas especializaciones. Las organizaciones de agricultores temen que no haya espacio para que los pequeños productores entren en el mercado. En la actualidad, el complejo sistema legislativo europeo, dicen, no es completamente satisfactorio ni siquiera para las empresas.
Szonja Csorgo es una abogada húngara y directora de la propiedad intelectual y los asuntos legales de la Asociación Europea de Semillas (ESA), que opera desde Bruselas. La organización cuenta con más de 70 miembros directos de empresas e incluye 35 asociaciones de los Estados miembros de la UE, como el Assosementi italiano o el APROSE español.
El esfuerzo por cambiar la ley con un nuevo paquete en 2013 no llegó a ningún acuerdo político, y la propuesta fue retirada por la Comisión en 2014. Por el momento, en Europa no hay más conversaciones sobre la reforma de la ley de las semillas, aunque muchos grupos están pidiendo una reorganización de toda la regulación.
En España, la Red de Semillas lleva mucho tiempo haciendo campaña para promover una legislación más favorable para las variedades locales. "En Europa no hay espacio para vender variedades locales dentro del Registro de variedades de conservación", explica Maria Carrascosa, agrónoma y presidenta de la red.
"Sin embargo, esto no es en absoluto parte de una política integrada. Necesitamos una política que sea coherente y participativa, que dé valor a las variedades locales, a su conservación, reproducción y comercialización. El espacio para vender variedades locales en Europa es muy pequeño y tiene un valor limitado", prosigue.

La lucha por la soberanía alimentaria en África

Este "limitado" margen de maniobra que se da a los pequeños agricultores europeos para guardar semillas ni siquiera se da a los agricultores africanos. Si bien existe un debate sobre cómo deben cambiar las leyes europeas sobre semillas, en África las legislaciones se ven influenciada por estos modelos europeos.
"Existe el sistema de semillas formal y luego está lo que a nosotros nos gusta llamar el 'sistema de semillas gestionado por los agricultores', que está controlado por los pequeños productores que luchan por la soberanía alimentaria dentro de un movimiento más amplio en África", sostiene Mariam Mayet, fundadora del Centro Africano para la Biodiversidad (ACB por sus siglas en inglés) en Sudáfrica.
El sistema oficial, añade esta apasionada activista, está regulado por un conjunto de leyes y convenciones, tanto en Europa como en muchos países africanos, incluyendo Sudáfrica.

Sudáfrica es uno de los pocos países africanos que forma parte de la Unión Internacional para la Protección de Variedades de Plantas (UPOV), una organización intergubernamental fundada en 1978 para recompensar a los agricultores por sus nuevas variedades de plantas concediéndoles derechos de propiedad intelectual.
ACB sostiene que es "inapropiado" tener regímenes de protección de las variedades de plantas en los países en desarrollo, donde los pequeños agricultores a menudo poseen y trabajan menos de una hectárea de terreno. Según indican, está "demasiado" centralizado, socava los derechos soberanos de los Estados miembros, debilita los derechos de los agricultores y perjudica a la Convención sobre diversidad biológica (CBD).
La regulación de la certificación de semillas fue uno de los factores importantes que llevaron a la creación de la Organización Nacional de Semillas Sudafricana (SANSOR) en 1989, a la que se le fueron incorporando progresivamente más actores de la industria de las semillas. Wynand van der Walt, doctor en genética, ha trabajado para SANSO. A la pregunta de si es ilegal que los pequeños agricultores guarden sus semillas, el representante de la industria responde: "Los pequeños productores pueden guardar las semillas o el material vegetal no protegido bajo ninguno de los derechos de propiedad intelectual".
"La mayoría de las variedades modernas están protegidas por el convenio de la UPOV, donde hay una cláusula que permite a los agricultores reutilizar las semillas cosechadas para sembrarlas y utilizarlas para su propio uso, pero está sujeto a ciertas limitaciones. El problema comercial para las empresas de semillas no son los pequeños productores, sino los agricultores que producen a gran escala, y esto es lo que se está discutiendo entre agricultores y comerciales de semillas", apunta.

"Es importante ser capaces de intercambiar semillas"

En Sudáfrica hay dos proyectos de ley que protegen y regulan la industria de las semillas comerciales: la Ley de los Derechos del Productor de Semillas (PBR) y la Ley de Mejora Vegetal. La primera tiene como objetivo estimular la innovación en el cultivo de plantas concediendo derechos de propiedad intelectual a los agricultores y la segunda permite que solo se vendan semillas certificadas en el mercado comercial.
La Comisión de Agricultura Sudafricana celebró audiencias públicas estos proyectos. Sean Freeman, productor, explica que el borrador de esta nueva ley tiene un "vacío legal", creado expresamente para las empresas de semillas pequeñas como la suya, que permite comerciar variedades no registradas y en pequeñas cantidades.
La nueva Ley de Mejora Vegetal prevé que se regulen varios tipos de negocios con las plantas. De acuerdo con un experto en este campo, que ha pedido permanecer en el anonimato, esta legislación sirve principalmente para proporcionar normas para el material de propagación –semillas y plantas– y asegurar la producción alimenticia. Esto protege, dice, al agricultor.
"El vacío al que Sean Freeman hace referencia se encuentra en el permiso para importar y vender semillas de variedades no registradas y con polinización abierta, antiguas (incluyendo su herencia) y en pequeñas cantidades", dice el experto.
Este "vacío" es similar al solicitado por muchas asociaciones europeas de agricultores. Además de la Red de Semillas en España, muchas otras organizaciones han estado haciendo campaña en los últimos años para recibir la misma exención. Por el momento, está sin definir. Bela Bartha, bióloga y directora de la asociación suiza Pro Specie Rara asegura que su objetivo es, exactamente, el de obtener "un espacio libre, una exención hasta ciertos volúmenes de ventas".
"No estamos en contra de la idea de tener un registro de variedades. Sin embargo, es importante ser capaces de intercambiar e incluso comercializar semillas y recursos genéticos vegetales a pequeña escala", prosigue.
Asimismo, Bartha no ve "una contradicción" entre esa producción a pequeña escala en las fincas y la colaboración con empresas, particularmente las tradicionales y las pequeñas y medianas. "Tenemos que encontrar una manera de colaborar con empresas dotadas de una larga experiencia, conocimiento y colecciones importantes. El intercambio de prácticas podría ser beneficioso para todos. Necesitamos un nicho donde el intercambio y la comercialización sean posibles", sentencia.

Nuevas oportunidades de futuro

Pero el proceso legislativo sigue evolucionando con enmiendas y oportunidades para proteger el sistema de semillas de los pequeños agricultores, incluyendo nuevas leyes. Durante la última década, varias acciones han ido encaminadas a lograr este propósito, como el desarrollo de sistemas locales de educación y formación basados en el uso de variedades locales y semillas de acceso libre.
Además de formar a agricultoras incansables como Anna Molala y Maria, John Nzira también construyó en 2005 un modelo de cultivo en Midrand, a las afueras de Johannesburgo. Este proyecto de agricultura urbana de una hectárea es la prueba viviente de cómo se pueden cultivar muchos productos diferentes sin tener una gran cantidad de tierra.
"Tenemos que cuidar del medio ambiente trabajando con leyes naturales", dice Nzira. Así, en un pequeño cultivo, diferentes componentes se ayudan entre sí para, en última instancia, producir verduras para una familia: el estiércol de la gallina se convierte en abono para alimentar a las plantas, las gallinas se comen los caracoles para proteger a las plantas y las plantas, a cambio, alimentan a las gallinas y a las personas.

La iniciativa facilita proyectos de permacultura para pequeños agricultores del sur de África. "Identificamos potenciales líderes de grupo en los pueblos", dice el impulsor. "El líder es quien tiene un sistema de alimentación diversificado en su granja, tiene pasión y está dispuesto a ayudar a otros. Encontramos a mujeres en Limpopo que eran casi autosuficientes en alimentos", asegura.
La atención de Nzira se centra en los pequeños agricultores "porque son quienes están produciendo más del 70 % de los alimentos en el África subsahariana". Europa tiene un porcentaje mucho menor de población empleada en la agricultura en comparación con la mayoría de países africanos.
Sin embargo, el interés por las explotaciones pequeñas, las cadenas cortas de distribución y la producción local está creciendo en todas partes. Se han creado nuevas cadenas que aprovechan la venta por Internet a habitantes urbanos que compran directamente a los productores.
En muchas ciudades europeas han crecido los mercados semanales de agricultores, donde los clientes prueban diferentes productos, volviendo, a veces, a frutas y verduras ya olvidados. Los consumidores están preocupados por la calidad de sus alimentos y el impacto que la producción alimentaria tiene en el medio ambiente, por lo que está creciendo la demanda de alimentos producidos localmente, orgánicos y accesibles.
Las redes y asociaciones de agricultores también se han unido para promover la diversidad en el campo y en la mesa, con un sistema productivo más sostenible. Pero la cuestión clave para la mayoría de productores y otros actores en el nuevo movimiento alimentario sigue siendo el acceso al producto básico, las semillas.
Los años de crisis económica también han visto un cierto renacimiento del sector de la agricultura en Europa, con muchos jóvenes empresarios entrando en este mercado. Las situaciones son muy diferentes de un país a otro, debido en gran medida a un marco de ley poco definido. Por ejemplo, en más de 10 años, la Red de Semillas española ha construido una red activa que incluye la participación de la población urbana y rural.
"Hay muchos agricultores jóvenes que desean trabajar de una manera diferente. Prefieren utilizar variedades locales y tradicionales, pero a menudo no tienen los conocimientos necesarios para cultivar estos productos de una manera adecuada", explica Carrascosa, coordinadora de la rama sevillana de la red. "Organizamos muchas actividades de formación, reuniendo a agricultores jóvenes y ancianos para facilitar la transferencia de conocimiento", apunta. La red también fomenta la puesta en marcha de bancos de semillas comunitarios, lo que reduce el riesgo de perder una variedad y facilita el descubrimiento de otras ya olvidadas.
Además, tratan de presionar políticamente para cambiar la ley y garantizar que exista un espacio para las variedades locales. "Lo mínimo", enfatiza Carrascosa, "es que los agricultores puedan vender sus semillas directamente en su explotación o en un mercado local". Como en Sudáfrica, también hay espacio para la innovación: los agricultores están cambiando el modo de utilizar las semillas locales, cultivándolas con formas más adaptadas al clima y al suelo, lo que puede contrarrestar los efectos de la sequía y otros problemas ambientales.

Volviendo a la tradición

Desde Sassari, en la isla italiana de Cerdeña, Guy D'Hallewin, jefe de investigación en el Instituto de Producción Alimenticia en el Consejo Nacional de Investigación da una visión edificante. "Tuvimos una colección de variedades frutales en nuestros laboratorios, en particular, de peras, manzanas y ciruelas. No se han cultivado durante los últimos 20 años debido a que otras variedades comerciales son más productivas y responden a las necesidades de la industria de la fruta", señala el investigador, con el mismo entusiasmo que impulsa a Teresa Piras, que está en un viaje de búsqueda de variedades tradicionales de Cerdeña.
 "Hemos vuelto a estas variedades tradicionales y hemos encontrado muchas características interesantes", añade D'Hallewin, quien confía que las  "tecnologías innovadoras" pueden abrir camino a estos cultivos tradicionales. "Las variedades antiguas tienen un perfil nutricional muy alto, algo que nunca antes se había tenido en cuenta. Y son resistentes a muchas enfermedades. Es más, requieren menos insumos, por lo que su cultivo tiene un mejor impacto que las modernas. Maduran durante mucho más tiempo, garantizando fruta fresca durante más meses".





II Lugar Premio de Periodismo “Dr. Manuel Palacio Fajardo” 2016

Desde el 06012014 - 4:35 p.m.